viernes, 20 de diciembre de 2013

ES VERDAD.

Cortinita de una casa en Azahara de los Atunes.









¡Es verdad!...

Confieso que he cogido el juego de llaves del dintel de la puerta y me he colado en tu casa cuando estabas de vacaciones... y ¡para qué más...!

He retirado la cortina de medias lunas y cristales que te regalé cuando aún andábamos por la misma acera y he observado detenidamente, como si nunca lo hubiera visto, tu hall.

¡Tampoco ha cambiado tanto! El mismo color sereno de las paredes, la misma cómoda que recogiste del cubo de la basura y te encargaste de restaurar, hasta dejarla como nueva, dijiste.
Pero... algo no encaja... ¿qué hay diferente que no consigo descubrir?

De puntillas, como cuando intentas comprobar que los niños están dormidos, me adentro por el pasillo sin miedo a que tu gato me arañe.
Ahora si. Ahora me pertenece todo aunque sea por un instante....

Al fondo, en tu habitación entornada, puedo comprobar como el mismo sol y a la misma hora, filtra rayos a través de la persiana. Cada lámina podría hablar de miles de caricias y abrazos, pero callan. Igual que yo...

Y me he sentado en el suelo como en tantas madrugadas; en el minúsculo espacio que queda entre la cama y la pared. Como escondida, como esperando, como asustada...Pensando: ¡Quiéreme! Como se quiere al amanecer o la lluvia de tormenta; como se quiere al gato que ves abandonado.

Quiéreme bien. Insinúa clavarme las uñas con tus caricias, simula que me lastimas de ira. Pero... ¡quiéreme! aunque sea de mentirijillas; aunque sea como si me contaras un cuento para conciliar el sueño; quiéreme aunque sea… hasta mañana. Quiéreme como nunca te atreviste a hacerlo. Pero ¡Quiereme!.





1 comentario:

  1. "¡Quiéreme como nunca...!" De eso trata la vida, sentirla con placer de amor del bueno,
    sin dudas y celos, como se quiere un gatito abandonado.
    Me encanta tu prosa.

    Un fuerte abrazo, soñadora.

    ResponderEliminar