Las lunas se desvanecieron suavemente dejando estelas de colores que mis ojos no reconocían. Fuimos testigos de una espectacular luminotecnia que sólo se ofrecía una vez en la vida, y eso, si eras afortunado.
Brillo de galaxias florecientes, polvo de otras acabadas se mezclaban clandestinos en la inmensidad de lo eterno.
Y tu y yo allí, desnudos ¡como nunca!.
Era fácil aceptar el cataclismo rodeados de tanta fantasía.
Cayeron sobre nosotros velos de sedas irisadas y, con cada roce, nos fuimos transformando en terciopelo cósmico.
Y tu y yo allí, amándonos ¡como nunca!.
Se superpusieron unos sobre otros y, con cada temblor nuestro, matizaron la luz con tal exquisitez y armonía que, cuando todo se tornó en oscuridad, ya no importaban ni el brillo ni el calor. Yo era tu, tu eras yo, y los dos uno con el Universo.
Fue la lógica consecuencia a la explosión de tanta belleza.
Ragomance 2013
Encantador, más que las estrellas.
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo. Es todo un placer poder compartir.
EliminarPrecioso
ResponderEliminar